Paseo por el centro. Buen ambiente, y unos Riberitas previos al zampe en Los Zagales de Abadía.
Restaurante recomendado por algún amiguete de David. Así que íbamos animados y con las expectativas altas.... Primera impresión: restaurante clasicote, madera, cabezas de jabalí de decoración... grande y con mucha gente.
Piragua de mar. Ainnnn. Llega la piragua... y no sé cómo comerlo... pero fácil... meter a la boca, volcar y todo "pa´dentro" de un trago. La sensación es de un pincho de navaja con espumita de limón y sabor a mar. Rico rico.
McChurro, mini-burguer de lechazo churro. La hamburguesita rica y jugosa, el vasito es reducción de vino tinto rico también. Las patatas de bolsa... sobran.
Tigretostón. Ole... con su envoltura, su etiqueta bien pegada.. como si fuera el "tigretón" de toda la vida... es un rollito de pan, morcilla, queso... a mi me decepcionó un poco porque estaba aceitoso de más. Pero original, muy original. De hecho ganó el 1er premio Nacional de Pinchos 2010.
Plato principal... para los dos Steak Tartar. Buena calidad de la carne, pero poco jugosa... normalito.
Postre: de nuevo trampantojo. CAFE, COPA y PURO. El café, es una especie de tiramisú. El puro, es un rollito de crema de café. La copa, es una gelatina de ron y cocacola. Muy bueno y original.
Para terminar... lo dicho en otras entradas... como buen burgalés, "mi hombre" acaba la comida con su café y su orujo de hierbas... y como "donde fueres, haz lo que vieres"... ¡¡¡pues orujo para mi también!!!
Resultado:
Comida extraña. Con subidas y bajadas. Cosas muy buenas, pero también muy malas. Eso sí. En un lugar tradicional, clásico clásico... un menú original.
Con peros, lo recomiendo.
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